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  • Foto del escritorNicolas Mauricio Cerrato Aguilar

Peregrinaje, un éxito de Argentina Díaz Lozano

Actualizado: 8 nov 2022

Argentina Díaz Lozano plasma en su novela Peregrinaje varios elementos de su niñez y juventud.

Dicha novela, la cual ha sido traducida a varios idiomas y obtuvo el Primer Premio en el Concurso Literario Latinoamericano, es de las obras más importantes de esta prestigiosa autora hondureña.

Esta obra representa la cruel realidad de muchos pueblos de Honduras en las décadas de 1910 y 1920, dichas nefastas condiciones aún se mantienen en varias partes de nuestro país y son un símbolo de la falta de desarrollo que hay en nuestra querida Honduras.

A continuación presentamos una breve reseña de Peregrinaje, un emblema de la literatura hondureña.


Personajes


Debido a los múltiples escenarios en los que la historia se desarrolla, hay varios personajes, pero los de mayor influencia en la secuencia son Elena y su madre Enriqueta.

Elena es el personaje que la autora utilizó para contar elementos autobiográficos. Debido esto, la historia está siendo narrada desde la óptica de esta niña, la cuál va creciendo hasta convertirse en una señorita que se enfrenta a la insensatez e inmadurez de la juventud, pero que nunca pierde la nobleza de su corazón.

Enriqueta, su madre, es maestra y ama su profesión. Su esposo falleció y eso le causó gran sufrimiento y la obligó a criar a su hija por su propia cuenta. A pesar de eso, Enriqueta es fuerte de Espíritu y su admiración y amor por el Gran Maestro, Jesucristo, la mantiene fuerte ante la adversidad. Trama


Desde el inició de la historia nos damos cuenta de que la situación económica no es fácil para Enriqueta, esto la obliga a mudarse, junto a su hija, de un pequeño pueblecito hasta La Labor, Ocotepeque.

La nostalgia atacó a Elenita al saber que dejaba atrás a su pueblo, amigas y la pequeña casita en la que vivió toda su vida. Mismo sentimiento se repitió un año después cuando su madre le comunicó que dejarían La Labor. A pesar de haber ejercido con excelencia su profesión de maestra en La Labor, Enriqueta deseaba mejores oportunidades para ella y para su hija. Debido a esto, se mudaron a San Pedro Sula.

Enriqueta se había comunicado con su hermano Ricardo para que este las recibiera en la ciudad norteña y les diera espacio en su vivienda mientras conseguía un trabajo con mejor remuneración.

Fue en este momento cuando la vida cambió drásticamente para Elena. Las costumbres de la gente de los pueblos en los que había vivido eran muy diferentes a la vida rutinaria y social que su tío Ricardo y su esposa Rina llevaban en la ciudad.

El peregrinaje continuó y tras una estadía en Choloma, Enriqueta consiguió trabajo en un pueblo llamada San Manuel. Ricardo había facilitado el trámite para que su hermana pudiera laborar en este pueblo.

En San Manuel, Enriqueta vivió un calvario debido a una malaria que la atormentó y a las terribles condiciones de vida que habían en ese pueblo. La vida era muy difícl en dicho lugar y la vuelta a San Pedro Sula fue inevitable.

En busca de estabilidad y de mejor vida para su hija, Enriqueta tomó la crucial decisión de dejar San Pedro Sula e irse a vivir a Tegucigalpa con su otro hermano, Fabián.

Tegucigalpa era en aquel entonces una “ciudad de poetas y soñadores” y la autora llega a decir que la capital era para Honduras lo que Atenas para Grecia.


Quien diría que un siglo después Tegucigalpa dejaría de ser cuna del conocimiento y se convertiría en una jaula en la que se teme por la vida; y la violencia y la delincuencia percuten en el diario vivir de sus habitantes.


Enriqueta y Elena se instalaron en la casa de Fabián y Dolores. Fue en esta casa donde Elena se transformó en una culta señorita. Fue fomentando el hábito de la lectura y se entretenía con obras como El Conde de Montecristo de Alejandro Dumas o María de Jorge Isaacs.


Elena fue enviada a un colegio de monjas, donde fue instruida en la educación cristiana y fue formada disciplinadamente. En el caso de Enriqueta, ella consiguió trabajo en un pueblo fuera de la ciudad y mantenía constante correspondencia con su hija.

Fue en la capital donde Elena empezó a sentir la rebelión de su corazón. La vanidad se estaba despertando en ella y el natural interés por navegar en el sendero del amor se convertía día a día en un anhelo fuerte, especialmente tras notar que su belleza despertaba interés en los muchachos de su edad.

Los estudios de Elena, y la vida de muchas personas, se vieron afectados por el conflicto político surgido tras la muerte del Presidente López Gutiérrez. El General Tosta y Tiburcio Carías Andino lideraban una revolución nacionalista cuyo propósito era llevarlos al poder vacante del liberal López Gutiérrez.

¡Desde hace muchos años los políticos destruyen a Honduras! Tras combates con ametralladoras y rifles, la revolución nacionalista venció a los soldados liberales que vagaban sin ideas tras la muerte de su líder.

El conflicto causó fuertes daños económicos a Fabián, así que Enriqueta consideró que sería más apropiado volver a la Costa Norte para no generarle una carga a su hermano.

Elena lamentó profundamente saber que tendría que volver a partir. Se entristecía al pensar que ella nunca tendría una vida estable y pensó que el peregrinaje sería eterno.


A pesar de una nueva partida, la vida le estaba sonriendo a Elena San Martín. Conoció a un brillante joven que estudiaba en Estados Unidos y estaba en Honduras supervisando ciertos negocios.

Asimismo, Enriqueta, junto a Ricardo, decidieron enviar a Elena a estudiar a dicho país en un internado de monjas benedictinas.

El viaje a Estados Unidos fue una grata noticia para Elena. No solo por el hecho de poder conocer ese país del cual tanto se hablaba, pero también por el hecho de que podría estar más cerca de Adalberto Miró, aquel joven por el cual su corazón se interesaba.

En la víspera del viaje de Elena, Enriqueta pudo volver a ver a Don Álvaro. Un caballero el cual deseaba contraer matrimonio con la educada maestra.

El continuo andar de pueblo en pueblo había privado a Enriqueta de darle alguna oportunidad a Don Álvaro, a pesar de que su amor por él era indescriptible.

Los tiempos de angustia se terminaron para Enriqueta. Decidió darle una oportunidad a sus sentimientos y buscar la felicidad, ya que “en cualquier edad se tiene derecho a ser feliz.”

Enriqueta aceptó el matrimonio con Álvaro y su amada Elenita, fruto de su amor y dedicación incondicional, viajaba a Estadas Unidos para iniciar una nueva etapa en su vida.

Conclusión


Peregrinaje es un tesoro literario de la cultura hondureña, el cual debería de ser leído por todos los jóvenes en los colegios.

A pesar de que se desarrolla a principios del siglo pasado, varios problemas que se dan en la novela son temas cotidianos en Honduras.

La falta de oportunidades laborales, la carencia de educación, pueblos sin desarrollo y conflictos políticos, siguen siendo parte del vivir hondureño y nos deberían de poner a reflexionar sobre el sendero en el cual estamos conduciendo a nuestro país.

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